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En julio de 2022 las altas temperaturas provocaron incendios y golpes de calor en Delhi. El mismo año, las inundaciones en Sydney obligaron a los residentes a evacuar sus hogares, mientras que las inundaciones en Nigeria desplazaron a más de 100,000 personas y dañaron miles de hectáreas de tierras de cultivo. En Puerto Rico, el huracán Fiona cortó el acceso a la electricidad y al agua potable en todo el país.

El cambio climático puede ser una crisis global, pero sus impactos se sienten localmente.

Sin embargo, los proyectos para adaptarse a los impactos del cambio climático rara vez son liderados localmente.

A nivel local, las personas y organizaciones que se ven más directamente afectadas por los impactos del cambio climático, y a menudo desproporcionadamente vulnerables a ellos, a menudo quedan fuera de los procesos críticos de toma de decisiones para abordarlos, como el diseño de programas o planes de adaptación. Estos procesos tienden a ser de arriba hacia abajo, con actores más poderosos como financiadores, grandes intermediarios, organizaciones internacionales o gobiernos centrales que impulsando las decisiones clave. Las organizaciones y comunidades locales más pequeñas quedan marginadas, incapaces de acceder a la financiación y otros recursos que necesitan para recuperarse y desarrollar resiliencia ante inundaciones, sequías, olas de calor y una miríada de otros impactos del cambio climático.

Esto no sólo quita poder a las comunidades, sino que también puede ser ineficaz. La implementación y el mantenimiento de proyectos de adaptación, como la transición a la agricultura climáticamente inteligente o la mejora de viviendas e infraestructura para resistir inundaciones, requiere una comprensión matizada del contexto y las prioridades locales, conocimiento que poseen las propias comunidades afectadas. Estudios recientes muestran que los proyectos de adaptación dirigidos localmente pueden mejorar la eficiencia y la eficacia, evitar la duplicación y mitigar las consecuencias no deseadas de los programas climáticos y de desarrollo.

Logrando la adaptación dirigida localmente

Por supuesto, asegurar que la adaptación sea dirigida localmente es más fácil decirlo que hacerlo. Existe muchas barreras para descentralizar las finanzas y el poder al nivel local, cada una de las cuales es compleja y desafiante de superar. Las sistémicas barreras sociales y políticas crean grandes desequilibrios de poder entre las comunidades locales y los actores nacionales e internacionales. Los financiadores y los gobiernos están acostumbrados a destinar fondos a organizaciones grandes en lugar de organizaciones locales y de base más pequeñas de la sociedad civil. Los grupos locales pueden tener dificultades operativas para acceder a la financiación y navegar procesos complejos de debida diligencia y otros. La lista continúa.

Aún así, existen ejemplos que pueden servirnos como inspiración.

Un informe reciente de WRI presenta 21 estudios de caso de adaptación dirigida localmente. Estos proyectos son liderados localmente, pero aun así involucran la colaboración con financiadores internacionales, gobiernos nacionales y otros que trabajan en solidaridad con las comunidades en riesgo. Pueden proporcionar modelos de cómo los financiadores y los gobiernos pueden apoyar la adaptación de acuerdo con los Principios para la Adaptación Dirigida Localmente.

¿Qué es la adaptación dirigida localmente?

La adaptación dirigida localmente (LLA, por sus siglas en inglés) tiene como objetivo corregir las desigualdades en el acceso a la financiación y el poder en la toma de decisiones. Este enfoque implica tomar en serio la innovación y el conocimiento local para informar las soluciones de adaptación. Reconoce que las personas y las comunidades más afectadas por el cambio climático suelen ser las que se enfrentan a la marginación debido al racismo, el colonialismo y las desigualdades sistémicas en los ingresos, la educación, el capital social y el poder político. Estos grupos requieren un acceso más equitativo a la financiación y al poder en la toma de decisiones para garantizar que las inversiones en adaptación reflejen sus prioridades.

Aquí describimos algunos de estos ejemplos:

Los Colectivos de Personas Urbanas Viviendo en Situación de Pobreza de Zimbabue Mejoran los Asentamientos Informales

El Fondo de Urbanos en Pobreza de Gungano, una red nacional de planes de ahorro basados ​​en la comunidad centrados en las mujeres para las comunidades urbanas de escasos recursos de Zimbabue, fue establecido en 1998 por la Federación de Personas sin Hogar de Zimbabue. Hoy en día, más de 500 colectivos de urbanos en situación de pobreza operan fondos de ahorro y préstamo para financiar medios de vida sostenibles y proyectos de mejora de asentamientos.

Basado en los ahorros colectivos de sus miembros, el fondo desde entonces ha podido atraer contribuciones de donantes filantrópicos y bilaterales.

Cómo funciona: el fondo otorga préstamos a grupos de ahorro colectivo de base, quienes luego desembolsan fondos a sus miembros, incluidos individuos, hogares y comunidades en asentamientos urbanos informales en todo Zimbabue. Los miembros usan los préstamos para desarrollar su propia resiliencia al cambio climático, por ejemplo, instalando inodoros secos en áreas propensas a inundaciones; estableciendo sistemas de energía solar para proporcionar energía asequible y confiable; o realizando reparaciones en el hogar después de eventos climáticos extremos. Los miembros después pagan los préstamos a una tasa de interés mensual del 3%.

El Fondo de Urbanos en Pobreza de Gungano es un ejemplo de financiación rápida y de fácil acceso para comunidades de bajos ingresos que, de otro modo, tendrían dificultades para acceder a servicios financieros y de crédito. Los miembros de la comunidad ahora pueden movilizar recursos rápidamente en respuesta a emergencias impredecibles como inundaciones, incendios, fuertes vientos y desalojos, y financiar sus propias necesidades y prioridades.

El modelo de este fondo es una alternativa a otros modelos de arriba hacia abajo que pueden carecer de transparencia. El fondo es administrado y es propiedad de las mismas comunidades urbanas. La gestión del riesgo se da a través de préstamos otorgados personas organizadas en “grupos de préstamos solidarios.”

Este enfoque es efectivo sobre todo para ayudar a las comunidades a adaptarse a los impactos del cambio climático. Les ha ayudado a asegurar la tenencia de la tierra; construir viviendas resilientes para personas de escasos ingresos; y mejorar la confiabilidad de la infraestructura de saneamiento y gestión del agua. A medida que las comunidades impulsan su propia resiliencia, también desarrollan habilidades de gestión financiera y fortalecen su capacidad para priorizar y diseñar sus propios proyectos para mejorar los asentamientos informales.

Fondo Pawanka invierte en Conocimientos Indígenas para Construir Resiliencia en toda América Latina

El Fondo Pawanka es un fondo de concesión de subvenciones liderado por pueblos indígenas que apoya iniciativas que promueven el conocimiento tradicional, los derechos y el desarrollo autónomo para enfrentar los impactos del cambio climático.

En toda América Latina, las comunidades indígenas están revitalizando técnicas ancestrales de conservación para desarrollar resiliencia climática, restaurar territorios y preservar la cultura. Proteger sus territorios, como lo hace el Fondo Pawanka, permite a las comunidades usar su tierra para actividades sostenibles y resilientes, como la rehabilitación del paisaje, y ayuda a prevenir la degradación dañina de la tierra o las prácticas extractivas. También fomenta estrategias de adaptación efectivas informadas por el conocimiento indígena y las prácticas de conservación de ecosistemas.

En Belice, por ejemplo, las comunidades mayas están empleando prácticas agrícolas climáticamente inteligentes, como el cultivo en callejones de árboles inga, que implica plantar cultivos entre hileras de este tipo de árbol. Este enfoque ayuda a mejorar los nutrientes en el suelo y al mismo tiempo mantiene los bosques intactos ya que limita la necesidad de despejar la tierra para la producción de alimentos.

En Chile, NGO Toki, una organización del pueblo Rapa Nui, se ha basado en el conocimiento tradicional para hacer frente a las amenazas del cambio climático hacia la disponibilidad de agua. Han diseñado un sistema de manejo del agua que recoge y almacena agua de lluvia y vapor de agua para su uso en la agricultura.

Pawanka trata a los beneficiarios de los fondos como verdaderos colaboradores desde un inicio, asociándose en el diseño, implementación y seguimiento de proyectos, y brindando asistencia técnica a los socios para que puedan cumplir con los requisitos legales y financieros para recibir fondos. Una cosa que distingue a su modelo de otros es su énfasis en la cultura, además de la debida diligencia fiduciaria. El peso cultural proporciona un marco para garantizar que los socios de la comunidad indígena promuevan activamente el bienestar social y la equidad en sus comunidades.

El modelo muestra cómo los financiadores y sus socios pueden trabajar juntos para cumplir con los estándares operativos y administrativos, así como con los estándares de justicia social.

El Fondo Puente Climático de Bangladesh Apoya a los Migrantes Climáticos

El Fondo Puente Climático de Bangladesh es un fondo fiduciario que otorga subvenciones a organizaciones sin fines de lucro locales que trabajan con migrantes, mujeres, jóvenes, personas desplazadas y otros grupos afectados por los riesgos climáticos de manera desproporcionada.

Los grupos comunitarios utilizan los fondos para una variedad de medidas de adaptación. Los fondos pueden apoyar empresas que recién se inician y que brindan ingresos de respaldo a los agricultores y otras personas cuyos medios de subsistencia se ven amenazados por las sequías y otros impactos climáticos. Pueden financiar un mayor acceso a los servicios de salud o campañas de sensibilización sobre los riesgos para la salud relacionados con el clima, como son las enfermedades transmitidas a través del agua y la deshidratación. O pueden usar fondos para fortalecer y reparar la infraestructura comunitaria frente a los impactos climáticos.

El fondo, el cual fue establecido por la organización internacional sin fines de lucro BRAC y recibe apoyo del banco KfW de Alemania, actualmente funciona en cinco ciudades de Bangladesh.

Fue diseñado para pasar de la financiación de proyectos a corto plazo a un modelo duradero a largo plazo, con ventanas de financiación más largas que las iniciativas típicas de financiación de la adaptación y un acceso más rápido y predecible para los socios locales. A través de este modelo, los administradores de fondos invierten en las comunidades locales brindando apoyo técnico y facilitando asociaciones con organizaciones más establecidas, que también respaldan la sostenibilidad a largo plazo.

En un ejemplo, Water Aid Bangladesh se asoció con Village Educational Resource Center of Bangladesh (VERC) para trabajar con representantes del gobierno local en la mejora de la resiliencia climática de los servicios e infraestructuras locales de agua y saneamiento. Water Aid Bangladesh y VERC ayudaron a desarrollar tuberías, puntos de acceso y recolección de agua y sistemas de drenaje resistentes a las inundaciones y otros impactos climáticos. Es importante destacar que las organizaciones trabajaron con agencias gubernamentales locales para fortalecer su capacidad de gestionar los riesgos climáticos y mantener una infraestructura resiliente al clima.

Ahora es el Momento de Invertir en la Adaptación Dirigida Localmente

Estos son sólo algunos ejemplos de adaptación dirigida localmente que se están poniendo en práctica en diferentes partes del mundo. Los financiadores y los gobiernos pueden inspirarse en ellos para apoyar proyectos de adaptación liderados localmente a través de sus propios programas y políticas.

Para obtener más información, consulte el trabajo de investigación de WRI, Adaptación dirigida localmente: Pasando de principios a la práctica.